En el marco de la celebración del trigésimo aniversario del Centro Educativo Máximo Gómez, los miembros de la Sociedad de padres del mismo, queremos expresarles nuestro agradecimiento, por la encomiable labor que realizan. 30 años ininterrumpidos son trascendentales para una institución educativa; especialmente para un colegio que ha sido artífice de la preparación académica y formación integral, de una gran cantidad de niños y adolescentes que han sido beneficiados con sus valiosos servicios, permitiéndoles crecer intelectual y moralmente.
Estos años sirven de parámetro para ratificar el esfuerzo y el amor, que la fundadora de este centro (Margot Delgado) y todo su equipo de trabajo, han infundido en este proyecto, para hacer de él, más que un colegio, un lugar en donde se aprende a amar, sin dejar con esto, de ir al ritmo de las necesidades de la vida moderna.
30 años han transcurrido y muchos han sido los avances, desde ese primer día de clases con tan sólo 28 niños, hasta el día de hoy, en el que más de 200 niños y adolescentes llegan cada mañana con sus caritas sonrientes, y en ocasiones, con lágrimas en sus ojitos por cualquier circunstancia, pero son recibidos con un saludo agradable, un abrazo tierno o una palabra halagadora, que les haga iniciar su día de una forma esperanzadora y optimista. Muchas cosas han cambiado, desde la estructura física hasta los miembros del personal; sin embargo, ha permanecido inquebrantable el deseo de contribuir a una sociedad más digna y el amor impregnado a la labor que con entusiasmo realizan día a día.
En estos tiempos donde la sociedad ha perdido y olvidado los valores reales que engrandecen al ser humano, tales como el respeto a los demás, la tolerancia y otros, debemos agradecer a Dios que en esta trayectoria de 30 años de servicio de nuestro Centro Educativo, se han preocupado por inculcar en los estudiantes la gran importancia de la familia, convivir con el entorno y solidificar los cimientos de la integridad de nuestros hijos.
Cientos de jóvenes han salido del Centro Educativo Máximo Gómez hacia otros lugares de estudios y llegan a tocar puertas con el aval de una formación académica completa y actualizada, que les permite estar a la altura de los más altos estándares de exigencia que se les pueda presentar; y como si fuera poco, exhibiendo un comportamiento de buenas costumbres y valores, pues, aún los que se caracterizan por cierta rebeldía, tienen en su interior todo lo recibido y a medida que van adquiriendo madurez, empieza a aflorar en ellos ese discernimiento que les permite empezar a poner en práctica lo aprendido.
Esta permanencia, durante tres décadas, supone una renovación diaria del compromiso asumido y una inyección constante de entusiasmo, amor y actitud positiva hacia la juventud de hoy. No nos queda más que decirles GRACIAS, porque sus sueños han girado en torno al bienestar de todos. GRACIAS por ser un apoyo para nosotros los padres, dando continuidad a los valores que hemos querido inculcar desde el hogar. GRACIAS por guiar, educar y orientar a nuestros hijos, pero sobre todo, GRACIAS por amar a través de la enseñanza, formando una “escuela para la vida, por la vida”.
Que Dios continúe bendiciendo la obra de sus manos y que su gracia siga guiando a la gran familia del Centro Educativo Máximo Gómez, para que siga encendida esa luz de esperanza en nuestra sociedad.
Sociedad de Padres